Podríamos estar varias horas escribiendo sobre alimentación y salud bucodental porque, sin la primera, la segunda esta eternamente resentida. No importa si creemos que nos alimentamos correctamente «la mayor parte del tiempo». Sin seguir una rutina y prestar atención a unas pautas, se continuarán cometiendo errores que podrían potenciar la aparición de una enfermedad oral.
Desde la clínica Gingident estamos muy comprometidos con la alimentación saludable, apostando por ofrecer tanto en la clínica como en las redes sociales, información que permita a nuestros pacientes comprender su importancia. Esperamos que este nuevo artículo, también sea útil. ¡Sigue leyendo!
¿Por qué se debe consumir menos azúcar?
Diferentes fuentes oficiales, como la OMS, sitúan el consumo de azúcar en el límite de 50 gramos diarios. O sea, el 5% de las calorías diarias debería provenir de esta parte. Sin embargo, en España más de la mitad de la población triplica este porcentaje.
Cuando se consume de forma excesiva azúcar refinada, más pronto que tarde aparecen las enfermedades bucodentales. Entre ellas la caries dental, la segunda enfermedad más común en el mundo y con una afectación del 95% entre la población española.
Por otro lado, el consumo de azúcares alimenta las bacterias que se encuentran en la cavidad oral; aumentando su proliferación y dañando de forma directa el esmalte dental (el principal protector de la dentición).
¡Mantén una dieta equilibrada!
Mantener una dieta equilibrada rica en nutrientes, vitaminas y minerales es la única posibilidad para mantener la dentición y encías fuertes. El calcio, hierro, fósforo o el zinc son cuatro indispensables que deberían estar en los alimentos del día a día.
Cuando no es así, el tejido periodontal se vuelve más débil dando paso a las infecciones y la dentición se puede llegar a debilitar. Si tienes dudas sobre tu alimentación, te aconsejamos que pidas ayuda a un profesional de la nutrición para elabora un plan semanal rico y equilibrado.
¿Afecta el horario de comidas?
La respuesta es afirmativa. Sí afecta y sí debemos prestar máxima atención a cada momento del día. Por ejemplo, en las comidas principales hay una mayor producción salival. Este hecho permite neutralizar los ácidos presentes en la comida.
Entre horas, sin embargo, es habitual picotear y no es habitual cepillarse los dientes después de haber ingerido alimentos. Así que se favorece la proliferación de bacterias. Antes de caer en la tentación de comer te recomendamos tomar agua para reducir la sensación de «gula».
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