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Uno de los procedimientos que se llevan a cabo en la odontología conservadora es la incrustación dental. Ésta se coloca en piezas de la dentición cuya estructura ha sido mermada a causa de, por ejemplo, caries o desgastes dentales y fisuras. ¡Continúa leyendo para conocer más!

¿Cuándo se debe realizar una incrustación dental?

Para optar por una incrustación y no por una corona dental, el odontólogo deberá tener en cuenta diversos factores:
  • Que el paciente lleve a cabo una higiene bucodental rigurosa.
  • Que la pieza dental muestre una forma anatómica normal. Además, lo que quede del diente o muela natural y la corona deben tener la longitud adecuada para sustentar esta restauración.

¿Cuáles son los beneficios que aporta?

Si quieres conservar tus propias piezas dentales, las incrustaciones pueden ayudarte de una forma muy concreta:
  • Tratamiento mínimamente invasivo.
  • Recupera la funcionalidad de tus dientes y muelas.
  • Evita posibles fracturas posteriores.
  • Presenta mayor resistencia a los empastes dentales.
  • Estética idéntica a la de la pieza dental original.

¿Qué diferencia existe entre la incrustación y las coronas dentales?

Muchas veces llegan pacientes a nuestra con la duda de si, para restaurar la estética y la funcionalidad de su dentición, necesitarían una corona dental o una incrustación. La principal diferencia reside en que las coronas dentales son necesarias cuando la estructura dentaria ha sufrido daños más graves que impiden la colocación de una incrustación. Si bien cada caso es diferente y es necesario realizar un diagnóstico en consulta, te animamos a que nos llames para poder reservar tu cita y descubrir cuál es tu mejor opción. Como expertos en Odontología Conservadora nuestro equipo sabrá cuál es la mejor opción, además de contar con tecnología de vanguardia para obtener más detalles necesarios. Reserva tu cita haciendo click aquí o llamándonos al: 914 924 065. ¡Te esperamos!
Gingident

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