¿Cómo introducir la rutina de higiene dental a un niño? ¿A qué edad comenzar? ¿Resultará muy complicado? Son algunas de las preguntas más frecuentes que realizan los padres a la Dra. Teresa Alvear, Odontopediatra del equipo Gingident.
En el artículo de hoy hablaremos sobre cómo introducir la rutina para que el niño la tome con ganas y no rechace cepillarse los dientes o utilizar hilo dental, por ejemplo. Ir paso a paso a paso y siguiente las recomendaciones que indicaremos a continuación será un acierto.
Recomendaciones para la higiene dental de los más pequeños
Desde el primer año de vida se debe acudir a revisión dental con la odontopediatra para hacer un seguimiento constante de la evolución de las piezas dentales que, en el caso de los niños son un total de 20. Cuanta más atención se preste a la higiene dental, menos riesgo habrá de que el niño sufra caries u otra enfermedad dental causada por la acumulación de place bacteriana.
Aunque en los primeros meses pueda suponer un mayor esfuerzo, ¡si cumples con los consejos verás los resultados!
Acompáñale desde bebé.
Si bien se considera que el niño es autónomo entre los 8 y 10 años, siempre es recomendable la supervisión de su higiene oral hasta la adolescencia. Por ello, los padres deben comenzar a limpiar los dientes del pequeño desde su aparición, dos veces al día. A medida que gana independencia, con los años, él mismo tomará el cepillo de dientes.
La rutina requiere de unas pautas correctas.
Para garantizar la perfección desde el primer momento, el cepillo del niño debe ser de cabeza pequeña, filamentos suaves y de extremos redondeados para ser lo más operativo posible. Del mismo modo, el dentífrico debe contener flúor.
A la hora del cepillado será necesario cepillar cada pieza dental por dentro y fuera, siempre desde la encía al borde dental.
Sé siempre un ejemplo a seguir.
Es fundamental, para introducir la rutina de higiene dental a un niño, que entienda la importancia de lo que está haciendo. La imitación es una de las claves para que aprenda a lavarse los dientes solo y haga suyo este importante hábito de salud. Evita utilizar la figura del dentista como una amenaza, tú estás para ayudarle no para recriminarle o enfadarte.
Convierte la rutina en un juego.
Los cuentos y los juegos son las mejores herramientas para motivar a los niños, pudiendo ser una estrategia muy útil cuando sienten que cepillarse los dientes no merece la pena o es muy aburrida. Los colores, las formas, la música… ¡Pequeños toques para crear un ambiente que les invite!
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